Hoy, me considero afortunada de siempre haber sido apoyada, amada, libre y valorada. Que se me permitió hacer lo que quise, aún cuando muchas veces mis padres no estaban de acuerdo.
Y si yo, que no soy víctima, siento que esta lucha es mi lucha. Creo que aquellas que la sufren se merecen todo el respeto y libertad de hacer ruido y presión, como crean que es mejor.
Y lo que más me gusta de todo este movimiento, es que ahora nos vemos a los ojos en la calle y entre mujeres sabemos que somos fuertes, valientes, que estamos unidas y respondemos por todas.
Para mí, marchar fue mágico. Nunca había estado en una marcha, pero ahora la razón del movimiento me embarga, me toca, y aunque sea por una razón que yo no padezca, son mujeres como yo, con ganas de ser libres y felices.
Azanza Cervantes
THE WIZARD BLOG
@AzanzaMaria