Cuando alguien viene de visita, casi siempre me pregunta: ¿y qué tal está el clima? Si supieran, que de poco sirve cómo ahora esté, o lo que yo les diga, pues regularmente ni los meteorólogos modernos logran acertar. Por la mañana anuncian lluvia y por la tarde, aparece un sol que necesitaríamos mucha agua para apagar. Otras veces anuncian lluvia torrencial y los chubascos aislados que caen, para nada asustan al sol y solo le dan más humedad al ambiente.
En el Caribe llueve mucho y a veces también poco. El sol brilla casi todos los días, a menos de que se sucedan varios días o semanas de lluvia constante, que es ‘cosa rara’ pero llega a pasar. Y entonces sin darte cuenta, ya estás observando páginas meteorológicas y descifrando los colores que sobre el planisferio se mueven mientras se esfuerzan por dar en el clavo.
Recién llegada a Playa, entendí cómo se categorizan los huracanes y eligen año con año esa lista que los nombra; al encontrarme en mi primer empleo formal con la encomienda de escribir una nota descriptiva, informativa de la temporada de huracanes 2006, en un Caribe aún resentido del avorazador paso de Wilma. Lo que me permitió identificar términos generales, sentirme capaz para prepararme en caso de emergencia y tratar de entender estos fenómenos naturales tan impresionantes e impredecibles.
Lo que en estos años he aprendido es que regularmente cuando las nubes negras se ven en la selva no es probable que llueva. Si vienen del mar, de Cozumel, seguro cae un tormentón. Pero si es invierno, entre noviembre y marzo – a veces también abril – y baja el viento del norte; la lluvia será delgada y no llegará del lado del mar. Entonces, les digo que la lluvia cae, pero a veces tarda en llegar. Y en su lugar se coloca sobre nosotros una densa masa de nubes grises y pesadas, que anuncian calor y baja presión, con un efecto invernadero que te hará sudar hasta la última gota.
Si me preguntas cómo está el clima, te diré que con calor, con lluvia, con frío y en la sombra, me gusta el Caribe y le doy gracias a Playa por cada día que me deja ver el mar. Ya veremos con qué te recibe al llegar.
Azanza Cervantes
THE WIZARD BLOG
@AzanzaMaria