Los humanos nos alejamos de la Madre Tierra, cegados por los bienes materiales y por las ganas de tener, no de ser. Hoy, nos damos cuenta que la necesitamos, que la hemos herido y no podemos vivir sin ella. Que queremos su alimento, su lluvia, su sol. Que nos encanta nadar en sus mares, subir sus montañas y correr en sus bosques.
En algún momento de nuestra historia, el hombre co-habitaba el bosque y la selva. Obtenía de ellos su alimento y protegía su balance y preciados recursos.
Hoy, tenemos la oportunidad de volver a esto, aunque… con toda la sabiduría, astucia, auto-conocimiento, tecnología y sentido de comunidad de la mujer y el hombre del año 2020.
Seamos ese nuevo ser humano, mostremos esa evolución de conciencia que viene a marcar la nueva era de la que se ha hablado. Yo siempre he creído que nuestra evolución no será definida por alas o branquias, sino cuestiones de respeto, empatía, ética y conciencia. Con disposición para hacer de nuestro planeta un lugar mejor.
Cada vez somos más los que buscamos experiencias al aire libre, aventuras en contacto con la naturaleza. Sal de tu zona de comfort. Vuelve al exterior.
Azanza Cervantes
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@AzanzaMaria