A part of paradise south of the Riviera Maya
As published in: Riviera News Magazine, 2006
By: Maria Azanza
From sunrise to sunset, calm and tranquility is experienced in Punta Allen (or Punta Alem, which is how some fishermen and inhabitants still refer to this place.) Located some kilometers away from the city of Playa del Carmen, the small fishing community inhabits a part of paradise. It is a space where the sea, the sun, and the sand include you, and they make you feel part of the same ecosystem.
The population in Punta Allen consists mainly of fishermen, but some of its 600 inhabitants also work at nearby hotels, or create tourist excursions by giving all the people that visit this place a chance to see something new.
You can get here in a van that leaves Tulum everyday and arrives in Punta Allen around six in the evening. The following day the same vehicle leaves at six in the morning, and can take you back. For people that prefer to be owners of their time and decide their own way, you can do it by car. It is recommended to drive a van or a jeep because there are some areas of the road that are not in good condition.
Advancing through the narrow road, it’s fascinating to see the denseness of the jungle. Sometimes behind the plants you may see a turquoise blue thin line – it’s the ocean that doesn’t let the plants cover it, and it’s confused with the sky in its desperate attempt to be seen by your eyes.
Even though the final destination of the journey is this small town, on your way there you will find many other interesting things. Once you cross the arches that mark where the Reserve of the Biosphere of Sian Ka’an starts, the adventure begins. The Reserve of the Biosphere is a natural green area located on a small peninsula. There are lots of plants, animals and just a few human establishments, to avoid disturbing the original flora and fauna of the area.
On this route that’s approximately 50km long, you will discover beautiful white sand beaches, mangroves, a few hotels and camping zones, the bridge of Boca Paila, ruins, iguanas, and all colors of birds …and after a long way, the town of Punta Allen.
We arrived on a Saturday evening, and all was tranquil; people walked on the streets, or on the dock, the youngsters gathered in the plaza, and the kids played on the sand or in the ocean.
In this town there are 4 places that rent camping spots, and many others have cabins to spend the night. What I really recommend is a camping tent and a fire to really be able to coexist with this ecosystem and feel part of it.
During the day you can walk to the Black Lagoon (Laguna Negra), or take a tour guided by one of the natives of this place in order to venture into the jungle and see birds, tigers, deer, wild boars, and badgers. You can also take a boat tour to one of the close islands, go fishing, or simply walk around the town, take a look at the different house styles, and talk and smile to the friendly people that inhabit this place
Since electricity is obtained through solar energy or generators, when nighttime arrives the town’s lighting is low and turns totally black after midnight, when the generators are turned off. But this isn’t a problem at all, because if there is full moon, and the sky is clear, I can assure you that because of the darkness of the town, the night will be beautiful. During summer the sun sets really late and rises very early, and sunrise is wonderful as well.
No doubt that the adventure on the way to Punta Allen, and to stay in this small town is a journey for everyone that is looking for direct contact with nature, and isn’t bothered by limited comfort. And for all of those that prefer something more established and organized, if they dare to jump into the adventure of this trip, they won’t regret visiting this part of paradise south of the Riviera Maya, where the most interesting thing is diversity, and the many different activities that can be experienced.
Un pedazo de paraíso al sur de la Riviera Maya
Publicado en: Riviera News Magazine, 2006
Por: Maria Azanza
Desde que sale el sol hasta el ocaso, calma y tranquilidad es lo que se respira en Punta Allen, o Punta Alem (como es que algunos pescadores y habitantes del lugar se refieren a este lugar). Ubicado a varios kilómetros de la ciudad de Playa del Carmen, la pequeña comunidad pesquera habita un pedazo de paraíso, es un espacio donde el mar, el sol y la arena te incluyen, te hacen sentir parte del mismo ecosistema.
La población de Punta Allen es principalmente pesquera, aunque también algunos de los 600 habitantes de este lugar trabajan en hoteles cercanos, o realizan excursiones turísticas, para llevar a todas las personas que visitamos este lugar a conocer algo nuevo.
Se puede llegar a este lugar a bordo de una van que todos los días sale de Tulum y llega a Punta Allen alrededor de las seis de la tarde, al día siguiente el mismo vehículo sale a las seis de la mañana y puede llevarte de regreso. Para los que prefieren ser dueños de su tiempo y decidir su propio recorrido lo puedes hacer en automóvil, es recomendable ir en camioneta o en jeep porque hay partes en que el camino no está en muy buenas condiciones.
Al avanzar por la estrecha brecha es fascinante ver la espesura de la selva, en ocasiones detrás de la maleza se puede observar una delgada línea color azul turquesa, es el mar que no permite ser opacado por las plantas y se confunde con el cielo en su intento desesperado porque tus ojos lo vean.
Aún cuando el fin último de la ruta es llegar a este pequeño pueblo, en el camino te encontrarás con muchas otras cosas interesantes. Una vez que cruzas los arcos que marcan el inicio de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, la aventura empieza. La Reserva de la Biosfera es un área verde en estado natural que se ubica en una pequeña península. Hay gran cantidad de plantas, animales y pocos establecimientos humanos, para evitar el disturbio de la flora y fauna originaria del lugar.
Sobre esta ruta de aproximadamente 50km, descubrirás hermosas playas de arena blanca, manglares, pocos hotelitos y zonas de camping, el puente de Boca Paila, ruinas, iguanas y aves de todos colores y después de un largo camino: el pueblo de Punta Allen.
Nosotros llegamos a este lugar en la tarde de un sábado, todo era tranquilidad; la gente caminaba por las calles, o en el muelle, los jóvenes se reunían en la plaza y los niños jugaban en la arena o en el mar.
Dentro del pueblo hay 4 lugares que rentan áreas de campamento y otros más que tienen cabañas para pasar la noche, pero lo que yo realmente recomiendo es una casita de campaña y una fogata para poder convivir con este ecosistema y sentirte parte de él.
Durante el día se puede caminar a la Laguna Negra, o tomar un paseo guiado por alguno de los originarios del lugar, para incursionar en la selva y ver aves, tigres, venados, jabalíes y tejones, también se puede tomar un tour en lancha a una de las islas cercanas, ir a pescar, o simplemente caminar en el pueblo, ver los diferentes estilos de casas que hay y platicar y sonreír a la gente que habita este lugar.
Dado que la electricidad es obtenida por energía solar o generadores, cuando llega la noche la iluminación del pueblo es leve y se torna totalmente negro después de la media noche, hora en que los generadores son apagados. Pero esto no es problema, porque si hay luna llena y el cielo está despejado, te aseguro que por la oscuridad del pueblo, la noche será hermosa. Durante el verano el sol se despide muy tarde y sale muy temprano y el amanecer es también maravilloso.
No cabe duda que la aventura en el camino a Punta Allen y la estancia en este pequeño poblado es un viaje para aquéllos que buscan el contacto directo con la naturaleza y no se molestan ante limitadas comodidades. Y para todos aquéllos que prefieren algo un poco más establecido y organizado, si se animan a aventurarse en este viaje, no se arrepentirán de visitar este pedazo de paraíso al sur de la Riviera Maya, donde lo más interesante es la diversidad, la gran cantidad de actividades distintas que se pueden realizar.