Para los que nacimos en los 80’s y fuimos jóvenes a principios de los 2miles, la música rap, hip-hop y R&B, de las pandillas y Vatos Locos, era nuestro lenguaje. Irreverente, agresivo, valiente y a veces violento, siempre con mucho flow.
Aunque intente explicar a los Millenials y otras generaciones, que el Half Time Show del Super Bowl LVI fue É-P-I-C-O, no lo entenderán. Cada generación es única. Un sello musical, una esencia, una banda predilecta.
Y aunque no me considero apasionada del deporte, siempre me gusta disfrutar los shows de medio tiempo por la perfecta producción que implican; un escenario que se monta y desmonta en minutos, tiempo cronometrado -literalmente- para que todo suceda de manera impecable, un público eufórico esperando lo mejor y la publicidad más cara en la televisión.
Me gustaron los trailers y el elenco, el mapa de la ciudad de Los Angeles en un tapete en forma de balón, que se apreciaba de forma hermosa en las tomas cenitales y los autos lo-rider que representan icónicamente esta cultura popular. Creo que lo único que faltó fue: verlos rebotar.
Azanza Cervantes
THE WIZARD BLOG
@AzanzaMaria
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